sábado, 26 de noviembre de 2011

Fernando Vallejo es más de lo mismo

No tiene porqué gustarme el discurso de un Premio FIL de Lenguas Romance. Este mundo es libre. Si lloré con el de Rafael Cadenas en 2009 y me sentí empoderada en mi feminidad con el de Margo Glantz en 2010, el que ababa de dar Fernando Vallejo me pareció más de lo mismo.
De lo mismo que se ha vuelto Fernando Vallejo: una caricatura de un hombre que repite a sí mismo más allá de la saciedad. Más allá del amor a los animales, su odio a los políticos latinoamericanos y su animadversión contra a la Iglesia Católica no hay nada más en Vallejo. Lo que si le gusta de el a mis colegas periodistas es que cada vez que habla da un titular de prensa. Eso es porque es contundente, nada más. En todo caso, sólo encuentro algo que puede rescatarse del discurso que dio en la apertura de la XXV FIL Guadalajara y se refería a las elecciones presidenciales de México del próximo primero de julio: “Escoger a uno malo para evitar uno peor es inmoral”. Me hizo pensar también en las elecciones venezolanas. A veces algunos escritores contundentes se ponen universales.
Más allá de eso... pura polémica por la polémica misma.

Por cierto, ya llegué a la FIL Guadalajara y desde acá contaré lo que me parece interesante, que no necesariamente aparecerá enningún medio. Las opiniones expresadas en este espacio son mías, profunda y repulsivamente mías. Así que me abro un espacio para la libertad.

Si a la gente le encanta Vallejo por que dice (y repite) (y repite) lo que piensa, ¿por qué voy a guardarme mis opiniones d leo que veo?

lunes, 14 de noviembre de 2011

Para pensar la identidad nacional

"En lugar de imaginar la identidad nacional como una esencia preexistente que se funda en el ser y no en el quehacer, necesitamos entenderla como una consciencia de derechos y deberes citadinos, como un compromiso con fórmulas de participación, como un conjunto de actividades, esfuerzos, y acciones institucionales que conduzcan a metas y propósitos consensuados, escogidos para satisfacer ciertas necesidades y aspiraciones" (Capriles M., Las fantasías de Juan Bimba (2011), p. 34)

jueves, 10 de noviembre de 2011

Bibliofilia

Tomó la primera hoja y la arrancó del libro que se rehusaba a devolver al lugar de donde lo había tomado. La acción se marcó por un breve sonido sostenido, como el de un zarpazo sobre el aire. Dobló la hoja por la mitad cuidando de que el borde de un lado y del otro se correspondieran perfectamente y, para asegurarse de que quedara bien doblada, presionó su dedo pulgar e índice a lo largo del nuevo borde. Así doblada, la rompió. Dos hojas quedaban ahora en sus manos. Por instinto, se le hizo más fácil meterse a la boca primero el pedazo de papel que tenía en la mano derecha. No le supo a nada. Al mojarse con la saliva, el papel se hizo aún más endeble y se redujo de tamaño en su boca mientras masticaba y lamía cada letra de las que estaban allí escritas. Luego, tragó. Cuando se introdujo en la boca el papel que tenía en la otra mano, sintió que le había absorbido la saliva casi entera de la boca. Tuvo sed. Pero tan metida estaba en su libro que no quiso moverse hasta la cocina. Alzó los ojos y se preguntó si sería cierto lo que el dependiente le había dicho: que esa sola pared tenía más de mil volúmenes. Antes de tragar la segunda hoja, supo que le esperaba un arduo trabajo.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Ideas

Como la jerarquía es una forma de exclusión, quisiera que todas las ideas estuvieran presentes al mismo tiempo en mi cerebro.