miércoles, 22 de mayo de 2013

La luz, los poetas y la noche


 Me gusta hablar con los poetas porque tienen la vida a flor de piel. Por su puesto que hay muchos gatos que tienen pinta de tigres y el territorio de las metáforas no es la excepción, pero cuando tengo la suerte de conseguirme alguien que comprende la búsqueda de lo que Cadenas denominó las “certitudes aterradoras”, me siento privilegiada. Entiendo entonces por qué siento que cada día sobre la tierra es una carga: porque eso me ayuda a cavar una ventana mínima en la realidad para ver a los demás y comprender que hay otros tan insomnes como yo que abrevan sus inquietudes en palabras. Y cuando los seres de la noche se encuentran siempre hay claridad. Enhorabuena.

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